Rondaba el año 1920, y nuestra bisabuela Damiana, una mujer inteligente, valiente y con gran visión empresarial, convenció a su marido Manuel, para comprar una finca con “muchas posibilidades”.
Cuándo Manuel le preguntó, ¿Y cómo lo pagaremos, Damiana? Ella le respondió: Tú déjame a mí, que poco a poco, y pasito a pasito…
Una semana después, Manuel colgaba el cartel de LA CONDESA, en el portón de una preciosa finca de Villanueva de la Reina, repleta de robustos olivos Picual.
Ésta valiente mujer, innovadora y única en su tiempo, fue la que nos ha marcado el camino a la futuras generaciones de mujeres de la familia, esforzándonos diariamente, para tener un aceite de oliva virgen extra único en el mundo.
Con el paso de los años, el esfuerzo, la pasión y el tesón de la familia Espejo, dio como resultado que la finca fuese creciendo, llegando a alcanzar 200 hectáreas, una volumen de producción de más de 250.000 kilos y una fantástica almazara.
En el año 2015, el sueño de una de las niñas criadas entre aceitunas se hace realidad, y surge de la mano de la cuarta generación y su precursora, Rosario Minchón Espejo, uno de los mejores Aceites de Oliva Virgen Extra.
Nuestra finca… La Condesa
Situada en Villanueva de la Reina, más de 200H de olivos centenarios rodean la propiedad.
La familia Espejo, siempre a la vanguardia, invento maquinas para mejorar el proceso de recolecciones que posteriormente, han sido la base de muchas maquinas existentes en el mercado.
Con ese afán innovador, La Condesa fue la primera finca totalmente mecanizada en la provincia de Jaén a finales de los años 80.
Con el paso de los años, el esfuerzo, la pasión y el tesón de las generaciones de mujeres de la familia Espejo, ha dado como resultado que la finca fuese creciendo y en la actualidad, cuenta con almazara propia donde producimos nuestro aceite de oliva virgen extra.
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